“El fútbol ya no es de los
pobres”, decía el DT argentino de la selección uruguaya, Marcelo
Bielsa, y cuánta razón tenía al advertir de la disputa entre los
clubes y los fanáticos, que cada día cuentan con menos recursos
para disfrutarlo, y los poderosos que buscan adueñarse del
deporte que supo hacer honor al mote de “el más popular del
planeta”.
El “Loco” advertía que los primeros corren en desventaja
respecto de quienes, apoyados en su riqueza, intentan
arrebatarles lo poco que les queda, incluido un fútbol que cada
día recauda y dice repartir más, como asegura la FIFA, aunque
los números a muchos no les cierren.
Bielsa supo conducir la selección “albiceleste” que hoy ostenta
la corona que defenderá en el Mundial que albergará (junto con
Canadá y México) Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump,
aliado incondicional del presidente de la FIFA, Gianni
Infantino, parece haber comprendido el rol de este deporte en
las multitudes.
En Argentina, el fútbol se debate entre los dislates de la AFA
presidida por Claudio “Chiqui” Tapia a caballo de la tercera
Copa del Mundo en Qatar 2022 y la popularidad de Lionel Messi y
quienes aprovechan cada maniobra suya para apelar a la necesidad
de un desembarco de las sociedades anónimas deportivas (SAD).
Viejo anhelo del expresidente argentino Mauricio Macri que hoy
encarna Javier Milei, otro socio incondicional de un Trump que
con la promesa de millones de dólares que se traducirán en deuda
externa le permitió salir a flote en las elecciones
parlamentarias hace menos de un mes que presagiaban derrota para
el oficialismo.
Milei no dejó pasar la ocasión y terció en la disputa entre una
AFA que se opone a las SAD, como se oponía el fallecido César
Menotti, primer DT en lograr la Copa del Mundo con Argentina, y
quienes se ubican en la vereda opuesta, posición que hoy encarna
Juan Sebastián Verón, presidente de Estudiantes de La Plata.
“Los clubes son un hecho cultural y el fútbol es parte de la
identidad de un pueblo”, recordaba no hace tanto el “Flaco”,
cuando comparaba “la lucha cruel contra los poderes económicos
que buscan apropiarse de las instituciones para beneficio
propio”.
Consigna que ni Verón, ni Milei comparten y por lo que el
mandatario salió en defensa del presidente de Estudiantes en la
polémica por la decisión de la AFA de otorgarle, entre gallos y
medianoche, el título de campeón de la Liga Argentina a Rosario
Central.
Equipo que efectivamente fue el que más puntos totalizó en la
sumatoria de los Torneos Apertura (Platense fue el campeón) y
Clausura, que todavía no consagró a su vencedor.
Verón puso en duda la votación del Comité Ejecutivo de la AFA
que decidió otorgarle “por unanimidad” el reconocimiento al club
en el que se formó y al que regresó “para ser campeón” el
campeón mundial Angel Di María.
“Excelente Pincha”, tuiteó el presidente argentino, muy afecto a
publicar comentarios en redes sociales, saludando la “denuncia”
de Verón, que recibió una dura respuesta por parte de Pablo
Toviggino, Tesorero de la AFA.
El dirigente le recordó que en la supuesta votación “fantasma”
estuvo presente el vicepresidente de su club, Pascual Caiella,
que no se opuso a la decisión, y le recomendó participar de las
reuniones “para conocer la dinámica de un fútbol que te hizo ser
quien eres”.
La decisión de reconocer a Rosario Central como campeón de la
Liga se anunció sin previo aviso en el cierre de un Torneo
Clausura que ingresará mañana en los octavos de final para
definir al campeón, instancia en la que el club proclamado por
AFA se enfrentará el domingo justamente con Estudiantes.
Sin quitarle méritos al equipo de Ariel Holan (el que más puntos
cosechó en la sumatoria de la tabla anual, pero enfrentando a
los mismos rivales en ambos torneos y no a todos los equipos que
los animan) el cuestionamiento apunta a un reconocimiento que
llega en momentos en la que la AFA es cuestionada por arbitrajes
escandalosos.
Uno de ellos favoreció en la última fecha de la fase regular a
Barracas Central, club que catapultó a Tapia a la AFA y se
clasificó tras empatar con Huracán en un partido en el que el
árbitro Andrés Gariano le concedió dos penales sospechosos (uno
de ellos errado), marginando a su rival de la fase decisiva.
Fue días después de un duelo por un pasaje a la final de un
torneo reducido por un ascenso a primera división, que terminó
en escándalo con una gresca entre policía y jugadores de
Deportivo Morón y Deportivo Madryn, que avanzó y mañana visitará
a Estudiantes de Río Cuarto en la provincia de Córdoba, en el
duelo de ida por la definición.
“El primero que se pone mal cuando suceden errores arbitrales
soy yo, porque soy responsable. Los árbitros pueden equivocarse,
pero ustedes (los periodistas), los hinchas, los técnicos y los
jugadores también”, se defendió Tapia contra quienes apuntan a
favores de la AFA hacia los clubes que le son leales.
La decisión de consagrar campeón a Rosario Central fue la gota
que rebalsó el vaso, se tradujo en un debate en el que algunos
parecen preferir no participar y se plasmó en la vandalización
de murales que celebran la consagración de Argentina como
campeona mundial en 2022
Uno de ellos es el que le rinde homenaje a Di María en el club
“El Torito” de su Rosario natal, que amaneció con pintadas que
decían “ladrón” y “mercenario”, escena que se repitió en la
localidad de Morón, periferia oeste de Buenos Aires, en otro
dedicado a la Copa conquistada en Qatar.
Frases como “Chiqui mafia” y “El Mundial más caro de la
historia” fueron escritas sobre la imagen de Messi alzando la
Copa al cielo (que fue reemplazada por una bolsa de residuos)
montado sobre los hombros de sus compañeros, cuyos rostros, al
igual que el del goleador histórico, fueron tachados con una
letra X.
Hasta el presidente de la Liga Española, Javier Tebas, dijo
sentirse “muy vinculado con Argentina” y “sufrir” por la
situación que atraviesa su fútbol, recibiendo la inmediata
respuesta de un Tapia que le recordó: “La nuestra no es una Liga
para pocos. Es competitiva y popular y menospreciarla significa
desconocer la historia y el aporte que hacemos al fútbol
mundial”.
“Somos la Liga de los campeones del mundo”, completó, como si
eso justificase lo que sucede puertas adentro o a la vista de
todos y hace más difícil la defensa de aquellos que, como el
“Loco” Bielsa, apuestan por un fútbol por y para la gente más
necesitada de alegrías.
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